La constituyente dice:
El 10 de junio; no se olvida, la matanza de estudiantes del 71, forma parte de una política genocida, cuya intención planificada es la destrucción de nuestra identidad, expresada como pueblo que se rebela ante el despojo de nuestro territorio, por mejores condiciones laborales, el respeto a los derechos, la democracia y la implementación de nuestras prácticas de buen gobierno; donde como sujetos de estos procesos están: los jóvenes, los pueblos y maestros siendo parte representativa de este pueblo en rebeldía, por ello sobre estos actores han sido víctimas del estado con matanzas; la memoria del mes de junio puede darnos ejemplos de cómo han sido atacados estos actores representativos con el 10 de junio, Charco, Nochixtlán, la APPO, la violencia del estado busca mostrar ejemplo para sembrar el terror; todo esto se llama Genocidio.
La palabra Genocidio define de forma clara lo que pasa en México, históricamente solo se ha reconocido la matanza del 68 como un Genocidio, esto después de que los sobrevivientes agrupados en el Comité 68 lucharon porque se reconociera como Genocidio, sin embargo esa estrategia del gobierno no ha concluido aún perdura. Reconocer que la forma de gobierno de los últimos 50 años es genocida, ayuda a no pelear solo por el cambio de partidos, ni de personajes; sino de refundar desde la raíz con un proyecto donde el pueblo mande. En este sentido creemos importante a 50 años del Movimiento del 68,en medio de un proceso electoral, con pocas posibilidades de transformar transformar el país, el aumento de la violencia, siendo el 2018 el año más violento, donde diario mueren 90 personas, al menos en los primeros tres meses habían sido asesinadas 6 mil 522 personas, en medio de un procesos electoral que da pocas posibilidad de transformación del país, la denuncia del Genocidio en México permite crear estrategias amplias de lucha, que permitan refundar el país.
La constituyente Propone:
En medio de esta coyuntura electoral es importante iniciar procesos de denuncia del Genocidio en México, que permita denunciar una política de 50 años implementada en México, que difícilmente puede ser cambiada por un personaje; permitirá también crear alianzas con las múltiples victimas de la violencia y trazarnos un camino que nos distancie de la coyuntura. Un camino que permita crear más fuerza propia, que nos posibilite la consolidación de la movilización por todo el país en el 2020.
