En México el desvío de poder y violación sistemática de los derechos humanos de nuestros pueblos son dos de las principales y más actuales imputaciones al Estado mexicano que condenó el Tribunal Permanente de los Pueblos-Capítulo México y que tomamos como Nueva Constituyente Ciudadana y Popular (NCCP). Nada nos permite creer que lo que viene no va a ser todavía peor a lo que estamos viviendo ahora: la militarización ya no sólo de la protesta social, sino de la vida comunitaria, de la educación, la salud, el trabajo y del día a día es un hecho innegable.
Ahora que comienza la coyuntura electoral hacia el 2018, es fundamental no perder de vista a todos los sectores que se están movilizando y que representan parte fundamental del conjunto de actores que consideramos básicos para la articulación del sujeto comunitario, por estar dando luchas importantes (maestros, trabajadores del sector salud, indígenas, campesinos, migrantes, comerciantes, trabajador@s del hogar, estudiantes y muchas y muchos mas). Corremos el riesgo como movimientos sociales, de que la coyuntura electoral pase a segundo plano todas las otras luchas, inconformidades y descontento del pueblo en general; situación que ha sucedido de manera constante durante los últimos sexenios. Tenemos que plantear cómo a pesar de la coyuntura y tiempos electorales, logramos que todas las otras luchas se mantengan visibles y aumente su profundidad, sin supeditarlas a dicha coyuntura.
En ese sentido afirmamos que estamos caminando en la NCCP porque queremos ganar; aspiramos a construir el poder y gobernar el país, para lo que se vuelve fundamental cumplir con la condición de ser mayoría, porque nuestra organización va más allá de las pequeñas cúpulas y eso implica una afirmación de un nuevo sujeto comunitario. Es decir, Si queremos ganar tenemos que pensar en el 2018 no como una fecha fatal, sino como un momento para acercarnos a la gente y desde sus luchas, electorales o no, hacerla parte de la NCCP.
Todo esto posiciona a la NCCP como un eje clave en esta idea de que hay que reconstituir el país y avanzar sobre una constituyente. ¿Por qué una Nueva Constituyente? Porque sabemos que las salidas tradicionales se han agotado y que como pueblo organizado debemos plantear la refundación total del país para acabar con este Estado terrorista y depredador. Y esa refundación debe partir desde las bases y desde la raíz, o sea desde la forma que adquiere nuestra organización política, social y económica, que en las naciones modernas adquiere el nombre de Constitución.
La Constitución mexicana ha sido en sus orígenes la más avanzada de América Latina, por no decir del mundo. Aquella norma escrita fue producto de una incasanble lucha de nuestros antepasados por garantizar para ellos y para el futuro la justicia social, la soberanía popular y la dignidad del pueblo. Hoy en día aquel espíritu ha sido violado casi en su totalidad, a pesar de que uno de los artículos de nuestra Constitución condena a quienes se atrevan a hacerlo. Rescatar el espíritu revolucionario de aquella constitución que aún hoy nos pertenece no sólo implica un rescate de nuestra historia, una dignificación de los que lucharon por nuestro futuro, sino también el arma con la que cuenta el pueblo mexicano para hacer legítima su lucha y replantearse a partir de los escombros la nueva forma de organización que anhelamos.
Ante esta situación de emergencia y como continuación de los trabajos del Tribunal Permanente de los Pueblos-Capítulo México, la Nueva Constituyente Ciudadana Popular propone desatar a nivel nacional un proceso de diálogo desde los diferentes sectores, luchas, pueblos y comunidades sobre lo que queremos construir como nuevo proyecto de nación y que tras un proceso popular-comunitario se materialice en la redacción de aquella nueva constitución sostenida sobre las bases de la antigua y revolucionaria constitución de 1917.
Como parte de este proceso y en seguimiento de los acuerdos tomados en nuestra 3ª Asamblea Nacional realizaremos Encuentros de Resistencias en todo el país, con diferentes temáticas: salud, educación, trabajo, violencia y derechos humanos, defensa del territorio y medio ambiente. El propósito de estos encuentros son:
- Articular las luchas de resistencia ante el desastre que se están dando en todo el país, a partir de distintas temáticas.
- Compartir las problemáticas que cada lucha enfrent.
- A partir de las necesidades y aspiraciones comunes presentar propuestas de leyes populares, acuerdos colectivos, que por un lado sirvan como planes de lucha para seguir con la resistencia y por otro lado sean insumos para la nueva constitución que queremos construir.
- Comprender como se ha desmantelado la constitución de 1917 en beneficio de intereses privados y como se han cometido graves violaciones contra el pueblo mexicano.
- Que en este proceso de encontrarnos, de compartir nuestras problemáticas y aspiraciones, vayamos construyendo el sujeto social organizado y consciente que pueda defender el cumplimiento de dicha constitución y conformar un nuevo congreso constituyente donde todas y todos estemos representados, así como conformar un nuevo gobierno a partir de los mecanismos que el mismo pueblo-sujeto decida.
- Dialogar, investigar, analizar qué leyes actuales nos están violentando nuestros derechos, qué leyes de la constitución de 1917 nos sirven para seguir luchando y construir un nuevo país y que leyes queremos que existan.