Quienes desde hace siglos detentan el poder, se han propuesto barrer por igual la memoria de nuestra identidad originaria, como la de cualquier otro pueblo del mundo que se haya rebelado en contra de la opresión. Como humanos -más allá de las razas y las geografías-, tenemos y siempre hemos tenido la hermosísima, potente e inexpugnable capacidad de reconocernos en las historias de otros pueblos, sin importar que tan lejos se encuentren. Poca cosa son las millas y los kilómetros, las décadas o los siglos, cuándo nos reconocemos en la opresión que padece un pueblo, y aún más cerca llegamos a estar, cuando sin avisar, la voluntad popular quiebra las cadenas que le atan, se yergue, y vuelve a colmar de vida su historia negada: nuestra historia.
Es con este sentido de reconocimiento y apropiación de la historia, que quisiéramos recordar desde México, al pastor Marthin Luther King Jr., que este 15 de enero cumpliría 89 años de edad, así como a todo el movimiento negro estadounidense que sacudiría las entrañas del imperio. Las movilizaciones, organización y radicalidad de este movimiento, deben de entenderse como la respuesta que daban las naciones negras, tras siglos de negación, exterminio, esclavización, violaciones, y humillaciones por parte del racismo blanco, tan arraigado en nuestro país vecino. De manera resumida: “el negro lleva más de tres siglos en Estados Unidos. Llegó (1619) casi al mismo tiempo que los colonizadores blancos al continente y vio como creció y se desarrolló y extendió hasta convertirse en un imperio económico que lo mantenía sin sus derechos mínimos por el simple color de su piel. […] El negro vio llegar oleadas y oleadas de inmigrantes europeos muertos de hambre […] que rápidamente se integraron a la sociedad de clases ingresando en todos los aspectos y profesiones del país, mientras ellos, fundadores del país con su trabajo, trabajo esclavo primero y luego casi esclavo, permanecían en la periferia de la sociedad.” (Edmundo Desnoes, “Now: El movimiento negro en Estados Unidos”)
Los principales exponentes del movimiento negro estadounidense del siglo pasado, Martin Luther King y Malcolm X, fueron ambos líderes religiosos que encabezaron importantes movilizaciones y desarrollaron cada uno un pensamiento que a pesar de tener marcadas diferencias,fueron tendiendo cada vez más a converger en el reconocimiento de la necesidad no solo ya de pelear por los derechos humanos de las comunidades negras, sino de articularse con todos los grandes sectores de oprimidos (mujeres, blancos, migrantes, indígenas, trabajadores) para crear una transformación profunda.
La supremacía blanca, enquistada en el aparato gubernamental estadounidense había tolerado una serie de reformas para contener linchamientos que operaban grupos como el KuKuxKlan, para otorgar derecho al voto para los negros, y otros derechos civiles básicos, pero el anuncio de la alianza entre los desharrapados sin distinción de razas, nucleados por la potencia de la organización y la dignidad negra, que aspiraba a convertirse en un nuevo poder comunitario, el llamado “Poder Negro” (Black Power), que entre sus principales miras, tenía el objetivo de acabar de una vez por todas con el racismo, el imperialismo y el colonialismo tanto al interior como al exterior de Estados Unidos, se vuelve insoportable.
A Malcolm X, de quien se decía que era el único negro capaz de iniciar o detener una revuelta en los guetos, y que firmemente defendía la necesidad de gestar una revolución multirracial en los Estados Unidos, lo asesinan en 1965, poco tiempo después de que comenzara a encarnar estos planteamientos en organización. Lo mismo sucederá con Martin Luther King, apenas tres años después, en 1968. Al Dr. King se le suele recordar por su discurso en defensa de los derechos civiles “I have a Dream”, y (no por accidente) se tiende a dejar de lado el desarrollo de sus planteamientos cada vez más radicales, siendo un encarnizado opositor a las guerras imperialistas de Estados Unidos, especialmente en contra de la guerra de Vietnam. Se deja también de lado el gran esfuerzo que hiciera para crear la alianza y organización multirracial que se conocería como la Campaña de los Pobres, (Poors People Campaign).
En esta editorial, hemos querido recuperar este legado nuestroamericano, no solo por la reciente conmemoración del natalicio del Dr. King, sino porque la savia de la historia, vuelve a correr por nuestras raíces, y pareciera que aquello que hubiera sido detenido tan abruptamente, estuviera retomando un ritmo propio. El reverendo Dr. William J. Barber II, heredero de las tradiciones de lucha del movimiento negro y religioso-progresista estadounidense, este 15 de enero, ha convocado a relanzar la alianza multirracial: “ necesitamos una Nueva Campaña de los Pobres” (New Poors People Campaign), para lograr una refundación moral que nos ayude a convertirnos en la nación que aún no hemos podido ser».
El Dr. Barber, antes de relanzar la campaña, ha participado en la creación y ejecución de las acciones masivas de desobediencia civil conocidas como “Lunes Morales” (Moral Monday), en Carolina del Norte, jornadas en las que se unen miles de manifestantes de diversa índole -luchas ambientales, negras, migrantes, en defensa de programas sociales, laborales, de derechos reproductivos, entre otras, llegando a contar con hasta 30 mil manifestantes. Los «Lunes Morales» consisten en tomar de manera pacífica edificios gubernamentales como medio de presión, lo que ha resultado sumamente efectivo para construir la unidad del pueblo por medio de la acción, hacer oír sus demandas y dar solución a sus problemas inmediatos, y sin embargo, estas acciones van delineando ya un horizonte cada vez mayor. Barber, contando con esta experiencia y capacidad de movilización que continúa creciendo, convoca desde la Nueva Campaña de los Pobre a lograr la Tercera Reconstrucción de los EEUU, que en sus propias palabras implica “desafiar los males del racismo sistémico, la pobreza, la economía regida por la guerra, la devastación ecológica y la distorsión de los valores de la nación”, «crear un movimiento moral que sea capaz de sobrepasar la política de la división y del miedo» .
Este 15 de enero, el Dr. Barber anunció que la primera acción de la Nueva Campaña de los Pobres, será el lunes después del Día de la Madre, en el Congreso de Estados Unidos y los parlamentos estatales de todo el país. Barber anunció que en esta fecha reunirán a más de 25.000 personas comprometidas con la desobediencia civil durante seis semanas para lanzar el movimiento . Sin duda que refundar México teniendo de vecino a Estados Unidos como potencia imperialista, se presenta como un horizonte no imposible, pero sí sumamente complejo. Sin embargo, pensar que podremos liberarnos a la par, el pueblo estadounidense y el pueblo mexicano, codo a codo, aumenta grandemente nuestra moral y nuestras expectativas. Bienvenida sea la historia que continúa.