El gran montaje electoral nos quiere hacer creer que vivimos en un mundo democrático, o por lo menos, que si gana tal o cual lo vamos a tener.
Miremos ahora el espectáculo entre los candidatos: El primero que ni siquiera vive en su país, enriquecido por lavado de dinero, amenaza al actual gobierno con enjuiciarlo por la corrupción (de la que él mismo es responsable); el segundo, el candidato oficialista, denuncia ante la OEA -organismo internacional controlado por EUA- al primero por el enriquecimiento ilícito que el partido en el poder permitió y del que obviamente es cómplice. El tercero, que aunque empezó pareciendo una alternativa popular hace muchos años, ahora no se atreve ni a cuestionar el muro fronterizo o la Ley de Seguridad Interior, les dice a los bancos -una vez más, controlados por los intereses de EUA- que “nada va a cambiar en México”, y amenaza también con “no amarrar al tigre” -haciendo del animal salvaje una alusión al “pueblo”-, en caso de fraude. Los tres usan elementos que pertenecen a la historia de las luchas populares para hacer de estas elecciones, un escenario que simula ser el paraíso democrático. Mientras tanto en Durango el gobierno impone a la fuerza una planta de cianuro encarcelando a un pueblo entero que lucha por sobrevivir; en Morelos las comunidades desaparecen en manos del crimen organizado y del Estado criminal; en Veracruz el gobernador justifica la violencia desenfrenada contra los docentes acusándolos de “alborotpadores”, en Guanajuato los caciques matando campesinos como en el porfiriato y así sucesivamente.
En esta ficción, ¿Qué es la justicia? Es hacer lo que se dice y decir lo que se hace. Es obrar con la verdad y dar lo que a cada uno corresponde. Nada tiene que ver con ajuste de cuentas entre los pocos que devastan a nuestro país.
¿Qué es la democracia? Es que la gente que habita un territorio decida cómo vivir, cómo vincularse con la naturaleza, cómo organizar su comunidad, su barrio, su municipio, su país. Nada tiene que ver con control y sometimiento, riqueza de unos pocos, ni participar en el juego de aquellos.
¿Qué es el pueblo? Es la mayoría de la gente que vive en este mundo. Es la gente que trabaja para otros, es la gente que sufre la desigualdad, el sometimiento, el hambre. Pero es también la gente que quiere ser libre, la gente que practica la verdad, la que en muchos casos practica la verdadera democracia desde los rincones que le toca vivir. Nada tiene de salvaje, ni necesita que alguien lo suelte para pelear. El pueblo es el que hace caminar a la historia; de a pie, a caballo, en metro, en bicicleta, siempre caminando la tierra que le toque andar.