La constituyente dice:
El telón de fondo de la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro es la crisis económica (recesiones y desempleo) , la crisis social y el aumento de la inseguridad. Este escenario de caos, promovió que sectores conservadores anhelen el retorno de la dictadura brasileña de 1964 a 1981. Bolsonaro demuestra que la dictadura no terminó, solamente se acomodó silenciosamente dentro del estado brasileño. El ahora presidente electo de Brasil, es un reconocido defensor de la tortura durante la dictadura, incansable promotor de la homofobia, el racismo y otras formas de odio hacia lo diferente, por lo que es preciso reconocerle como lo que és: una expresión renovada del fascismo. A pesar de esto, en democracia se volvió diputado, y desde ese espacio político se lanza a las elecciones que acaban de suceder.
La votación a favor de Bolsonaro tiene elementos de clase y raciales, es decir la mayor votación para la ultraderecha fue obtenida en las zonas de clase alta, media, blanca y hombres. Estos son los que aspiran a esa dictadura que promueve el orden y la promesa eterna de modernidad. El proyecto impondrá un plan de desarrollo neoliberal, donde se reduce la protección a la naturaleza. Se juntaran el ministerio de agricultura y medio ambiente, amenaza con abandonar los convenios ambientales y de cambio climático del Acuerdo de París. Esto permitirá el que la agroindustria se extienda un grandísimas extensiones de tierra que por tanto tiempo le había sido vedadas, es decir, está en juego uno de los principales pulmones del continente y del mundo: el Amazonas. Curiosamente, el triunfo se anunció junto con la recuperación de la Bolsa de Sao Paulo.
Esta misma semana se desarrolló la consulta de NAIM en México, en la que participaron más de un millón de personas. Ganó de manera contundente el No al aeropuerto en Texcoco. La consulta realizada antes de la llegada de López Obrador al gobierno, solamente cuestionaba la ubicación del proyecto, no si las y los mexicanos queremos o no un Nuevo Aeropuerto, ahora las comunidades y pueblos aledaños a Santa Lucía, con la solidaridad de Atenco y otros pueblos que lucharon contra el aeropuerto de Texcoco comienzan a visibilizar las afectaciones ambientales y sociales que traería el NAIM de instalarse en Santa Lucía.
Lo que desde el nuevo gobierno pudiera aparecer como una reivindicación de los derechos de los pueblos, es solamente un reacomodo de elites políticas. Por eso en varios estados del Bajío y Nuevo León obtuvieron la votación más alta por Sí al aeropuerto en Texcoco, justo donde se encuentra el grupo Monterrey, quien es contrario al proyecto obradorista. Evidenciando los conflictos de intereses de los inversionistas nacionales para determinar quiénes controlarán los flujos aéreos. A diferencia de Brasil el anuncio del No al aeropuerto de Texcoco género que los inversionistas realizarán acciones para desestabilizar el peso frente al dólar, esta elite que se había beneficiado de los fraude presidenciales hoy declaran esta consulta como ilegítima.
La constituyente propone
La consulta no fue la realización de la democracia del pueblo, porque no se consulta el proyecto de país que necesitamos todos y todas. Hatsa donde podemos percibir, el grupo de empresarios a favor del aeropuerto en Texcoco y el núcelo de empresarios articulados por Alfonso Romo en torno a la llamada “Cuarta Transformación”, están comenzando una disputa por mantener en sus propias manos la acumulación por despojo del capital. En Brasil y en México lo que se encuentra en juego es la conducción del país; El gobierno. Desde los movimientos populares necesitamos pensar y diseñar estrategias para el desarrollo de una democracia radical, donde se discuta el proyecto de nación, aprovechando la riqueza que puede generarse de todas las formas e instancias de decisión que tienden a socializar la información y reflexionar colectivamente, antes de emitir votos aislados sin procesos previos de discusión (asambleas, votos directos, foros, congresos, etc). Es desde estos espacios que podrá gestarse un nuevo proyecto de nación que realmente responda a las necesidades y sueños de nuestro pueblo, siendo este un nuevo constituyente.