Camaradas, permítanme decirles algo que quizá va a quitar algunas ilusiones. Si ustedes piensan poder tener respaldo en su lucha por parte de las instituciones de Europa o de cualquier de sus Países, desilusiónense. La Europa de los derechos ya no está, solo queda la Europa de los financieros, de los bancos.
También aquí la política vive en la servidumbre del capital internacional. Son los bancos, encabezados por el FMI, el Banco Mundial y el Banco Central Europeo, los que mandan para respaldar los intereses de las transnacionales. Los gobiernos solo obedecen. Su tarea no es servir el pueblo si no servir la acumulación de capitales.
Los derechos que el pueblo había adquirido en sus largas luchas, ahora están paulatinamente carcomidos con la excusa de la crisis, producidas por los bancos y que solo afecta a la población, mientras unos siguen enriqueciéndose más que nunca.
Así nos quitan el derecho al agua, a un medio ambiente saludable, a una sana comida, a una escuela y un trabajo digno, a un trato justo y otro más. Claro, siempre seguimos mejor que México y mucho mejor que África, desde donde llegan migrantes a diario, convertidos en otro buen negocio para la criminalidad organizada. No olviden que Italia es la patria de la mafia, mejor decir, de las mafias y la criminalidad organizada tiene mucho, mucho dinero, un chingo de dinero y el dinero lo manejan los bancos, entonces los bancos buscan la mala vida organizada para fortalecer sus negocios. Al mismo tiempo, los bancos dictan qué hacer a la política para beneficiarlos a ellos y sus “aliados”. Por esto no acabamos con las mafias. En el propio Congreso en Italia suman más que cien los integrantes que tienen problemas con la justicia y el jefe de la Procuraduría en Palermo, el juez Roberto Scarpinato – mismo que en marzo pasado propuso que la Organización de Naciones Unidas (ONU) cree un Tribunal Penal Internacional que atienda la situación de violencia e inseguridad por la que atraviesa México – asegura que ya tenemos un capitalismo “mixto” procedente de la unión de capitales legales e ilegales que es parte considerable en el capitalismo mundial. Vivimos con el mismo capitalismo que hace inversiones en México, sin cuidar la ley, el medio ambiente y tampoco los derechos humanos. A nuestras empresas gusta mucho el petróleo y la minería mexicana, aun más si podemos quitarlos sin cuidar los derechos de los trabajadores, del medio ambiente, de las comunidades.
Para que quede claro, a pesar de lo que ustedes ya conocen sobre las transnacionales, les comparto un hecho de octubre del 2014, después de los asesinados de Iguala: en aquel entonces unos parlamentarios europeos propusieron al congreso de la Unión Europea un documento de denuncia sobre corrupción y relaciones entre política y carteles en México y también sobre las responsabilidades de Europa, sus empresas y sus gobiernos y propusieron suspender cooperación económica con México. El propio Congreso discutió el documento y le dio un fuerte cambio, diciendo que las relaciones económica con México son tan importantes y que el gobierno de México está comprometido en la lucha contra el crimen organizado y que los acontecimientos de Iguala son sólo responsabilidad del gobierno de Guerrero.
Escribo esto para aclarar cómo están las cosas a nivel internacional. No es para decir que en Europa no hayan movimientos que luchan por un mundo más justo, pero en general, estas luchas no viene de nuestras instituciones.
Nino Quaresima, italiano, simpatizante y colaborador de la Constituyente Ciudadana-Popular, desde Italia