En enero de 1937 los campesinos de Mexicali tomaron por asalto las tierras del valle que estaban en posesión ilegal de una compañía estadounidense, la Colorado River Land Company. La ocupación de las fincas por los labriegos aceleró la aplicación del reparto agrario en dicho valle, acción impulsada por el General Lázaro Cárdenas del Río. El pasado jueves 15 de enero, 80 años después del “Asalto a las tierras”, el pueblo de Mexicali se volvió a levantar tomando por asalto las calles, plazas y edificios públicos para recuperar su agua y su dignidad. Ese día más de 50,000 personas se movilizaron para exigir, entre otras demandas, la abrogación de la Ley Estatal de Aguas, la cancelación del gasolinazo y la renuncia del gobernador del estado, Francisco “Kiko” Vega, así como la del presidente Enrique Peña Nieto. Fue considerada la mayor movilización en la historia de Mexicali y de Baja California. Tres días antes, el jueves 12 de enero, alrededor de 15,000 manifestantes tomaron las calles de la ciudad para marchar rumbo al Congreso del Estado, demandando detener la ley que privatiza el servicio de agua potable y frenar los múltiples agravios contra la economía de las y los bajacalifornianos.
En lo que se podría considerar como un genuino levantamiento del pueblo de Baja California, en las pasadas semanas se han realizado marchas, plantones, bloqueos y protestas en todos los municipios del estado. El mismo 15 de enero, alrededor de 18,000 tijuanenses se manifestaron y movilizaron rumbo a la garita El Chaparral, uno de los puntos fronterizo terrestre más transitados de México, donde liberaron la aduana y bloquearon el cruce a Estados Unidos. A su vez, en Ensenada marcharon cerca de 10 mil personas, en Rosarito 2000, y en Tecate 1000. Según cifras oficiales, este domingo se movilizaron alrededor de 80 mil personas en todo el estado, pero en el sentir popular se asegura que el número de manifestantes rebasó por mucho los 100 mil manifestantes.
Cabe destacar el caso de las manifestaciones en la capital del estado, Mexicali. En dicha ciudad se realizó la mayor protesta de la jornada nacional de movilización del pasado domingo. ¿Por qué ocurrió este levantamiento popular en Mexicali, siendo un municipio aparentemente sin tradición de movilización? El pueblo cachanilla ha sufrido un acumulado de agravios económicos que afectan principalmente a los sectores populares de la ciudad y el valle. Mexicali es el municipio donde se pagan las más altas tarifas por consumo de electricidad, principalmente en los meses de verano, debido a sus altas temperaturas. En los últimos años ha habido un incremento constante a las tarifas de transporte público, así como en los impuestos locales. A esto se suma el aumento en las tarifas por consumo hídrico y el corte del suministro producto de la Ley de Aguas; el alza en los precios de la gasolina, diésel, gas y todos los bienes y servicios relacionados; la brutal devaluación del peso frente al dólar que afecta de sobremanera a la economía fronteriza; y el aumento al impuesto predial y el reemplacamiento vehicular, medidas implementadas por el gobierno estatal y municipal para amortiguar la crisis económica de las finanzas públicas producto de la corrupción y el despilfarro. Asimismo, la terminal de Pemex La Rosita, planta que abastece a todo el municipio de Mexicali, se mantuvo bloqueada durante 8 días en protesta por el gasolinazo, dejando a la ciudad en desabasto total de gasolina y diésel por dos días, hasta que fue desalojada por cientos de elementos de las policías federal, ministerial y municipal. Estos elementos configuraron el sentir popular de descontento y la base para la protesta masiva.
En las movilizaciones participaron trabajadores de las maquilas, estudiantes, maestros y maestras, padres y madres de familia, iglesias, profesionistas, taxistas, transportistas, trabajadores de la salud, burócratas, activistas, colectivos y organizaciones sociales. Cabe señalar la participación del recién conformado comité local de la Nueva Constituyente Ciudadana Popular.
Pero no sólo en el norte arrecia la protesta. El pasado domingo se efectuaron movilizaciones en 28 estados del país: Chihuahua, Coahuila, Hidalgo, Aguascalientes, Quintana Roo, Sinaloa, Morelos, estado de México, Veracruz, Zacatecas, Guanajuato, Tlaxcala, Nayarit, Tamaulipas, Tabasco, Yucatán, Querétaro, Nuevo León, Ciudad de México, entre otras entidades.
La indignación corre a raudales en todo el territorio nacional, sin que hasta el momento exista un referente amplio que logre aglutinar el descontento general hacia un proyecto de nación que posibilite desplazar del gobierno a la dictadura cívico-militar que nos domina, oprime y explota. Los partidos y las organizaciones tradicionales han sido rebasadas por las protestas ciudadanas. El protagonista de esta coyuntura ha sido el pueblo.
La crisis social que vivimos se va a profundizar más con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos el próximo viernes 20 de enero. En este contexto, dos tareas debemos asumir como NCCP: la articulación del sujeto social comunitario con la creación de gérmenes de organización popular y territorial en los pueblos, colonias y barrios; la construcción de un proyecto refundacional que desde las bases logre plantear una alternativa a la crisis histórica que vivimos. También consideramos que en el contexto binacional México-EU no se puede pensar en un proyecto de refundación sin considerar las necesidades y la participación activa de la población mexicana migrante en territorio estadounidense. Es por ello que vemos necesaria la conformación de un movimiento de resistencia binacional frente al ascenso al poder del neofascismo estadounidense.
Regresando al norte, hoy martes 17 de enero, el gobernador de Baja California dio reversa a la Ley Estatal de Aguas. Anunció que envía al congreso local la iniciativa de abrogación de la mencionada ley. Los plantones, bloqueos, protestas y marchas continuarán hasta que la abrogación se publique en el diario oficial local. Esto fue posible gracias a la movilización masiva y popular y a los plantones ciudadanos de resistencia. El pueblo de Mexicali y de Baja California nos han dado una lección de fuerza y dignidad: sigamos el ejemplo.
¡De norte a sur, de este a oeste, ganaremos esta lucha, cueste lo que cueste!