Editorial semanal de la Nueva Constituyente Ciudadana Popular / 5 junio 2017.
La libertad municipal es la primera y más importante de las instituciones democráticas, toda vez que nada hay más natural y respetable que el derecho que tienen los vecinos de un centro cualquiera de población, para arreglar por sí mismos los asuntos de la vida común y para resolver lo que mejor convenga a los intereses y necesidades de la localidad.
-Comandante en Jefe del Ejército Libertador, Emiliano Zapata. Fragmento de la Ley General sobre Libertades Municipales, expedida el 15 de septiembre de 1916.
En 1916, el gobierno carrancista desataba una guerra de exterminio contra el pueblo, decretando la pena de muerte para los trabajadores de empresas y fábricas que ejercieran su derecho a huelga. En el mismo año, decreta “el paso por las armas”, es decir, el asesinato o desaparición de todos los integrantes y familias de cualquier localidad que fuera identificada como simpatizante o parte activa de la organización zapatista.
Queda claro que el carrancismo, lejos de encarnar los ideales y las demandas de la revolución mexicana –tal como durante décadas nos han querido hacer creer los intelectuales del priismo, legítimos sucesores de Carranza- , representaba y velaba por los intereses de los monopolios, de los explotadores y caciques nacionales y extranjeros, dándole continuidad e incluso profundizando los rasgos más cruentos y opresivos del régimen porfirista. Es así que a finales de 1916, los enemigos de la revolución darían inicio a un “proceso constituyente”, en el que buscarían por cualquier medio evitar la continuación de la Revolución, así como prevenir en un futuro otros posibles levantamientos populares.
Por otro lado, los pueblos organizados en torno al Ejército Libertador, construían por la vía de los hechos un nuevo proyecto de nación: un gobierno del pueblo y por el pueblo, regido por los principios de la revolución, que eran los principios de la gente más humilde, iban concretándose en Leyes Populares, tal como puede comprobarse en el fragmento de la Ley General de Libertades Municipales.
Y frente al panorama de violencia, corrupción, impunidad, devastación de la naturaleza, destrucción y privatización de todo lo público –es decir, de la vida en común- que ha instrumentado el malgobierno en contra del pueblo y en beneficio de monopolios nacionales y extranjeros, las leyes populares emanadas de pueblos y ciudades liberadas por el zapatismo, hoy cobran para nosotros un significado especial, constituyendo un elemento clave para pensar nuestro camino por las siguientes razones:
La primera es que, aun cuando el malgobierno haya tratado de borrar de la memoria histórica estas Leyes y Decretos Populares, la voz de nuestras abuelas y abuelos siguen resonando y recordando cómo fue el ejercicio de la libertad a través de la organización comunitaria y la promulgación de leyes populares. Saber que estas experiencias realmente existieron, nos da confianza plena en que es posible hacer un gobierno del pueblo y para el pueblo.
La segunda: aun cuando se desconozcan las leyes y gobiernos populares de nuestra revolución, ya sea por el paso del tiempo o por el trabajo que hicieran innumerables intelectuales del carrancismo y posteriormente del priismo para borrar estos episodios de nuestra historia, dichas leyes se realizan cada vez que un pueblo reunido en asamblea toma una decisión, ejerciendo así “la primera y más importante de las instituciones democráticas”: “el derecho que tienen los vecinos de un centro cualquiera de población, para arreglar por sí mismos los asuntos de la vida común”. Esto quiere decir que podemos haber olvidado los nombres y redacciones puntuales de nuestras verdaderas leyes, emanadas de la voz del pueblo por medio de la organización revolucionaria, pero estas leyes, este Pacto Social del pueblo y por el pueblo, está muy lejos de ser letra muerta.
La tercera: Como Nueva Constituyente Ciudadana Popular, nos proponemos hacer presente las leyes populares del zapatismo en nuestros procesos de lucha en contra de los megaproyectos, el despojo y la superexplotación con los que el malgobierno y las empresas extranjeras pretenden enriquecerse a costa nuestra la salud, la destrucción de la naturaleza y de la vida de nuestros pueblos y ciudades. Asumimos la tarea de continuar con el ejercicio de la libertad y la democracia verdaderas que alguna vez practicaran nuestros pueblos, así como de continuar ejerciendo nuestra libertad, nuestro derecho colectivo a la autodeterminación, formulando nuevas leyes populares que respondan a las necesidades y aspiraciones de las comunidades y territorios en los que nos encontramos.
Hoy más que nunca, precisamos volver a las enseñanzas de nuestra historia. De esta manera, nos proponemos asumir la continuación de la interrumpida e inconclusa constituyente zapatista de 1911; es decir, con la organización de la vida común en todo lo largo y ancho de nuestra nación.
Dicen que se le ha visto cabalgando…
En lo que va del año, en Morelos dicen que se ha visto la silueta de Zapata cabalgando nuevamente por los ríos del municipio de Xochitepec. Entre los pobladores también corre el rumor de que cuando el sol comienza a ocultarse, puede escucharse claramente el trote de su caballo por el zócalo del pueblo de Alpuyeca.
El 22 de junio, frente a cientos de pobladores, se hizo presente, y desde la distancia del tiempo, cimbró nuevamente a quienes participaron de esta asamblea, como si se tratara del estruendo implacable pero tardío de un relámpago lejano. La Asamblea Comunitaria del Pueblo de Alpuyeca, en pleno ejercicio de democracia directa y en cumplimiento de la Ley General sobre Libertades Municipales, decidió que el megaproyecto de basurero que lleva el extravagante nombre de “Planta Valorizadora” y que amenaza seriamente al medio ambiente y a la salud de toda la población, tendrá que retirarse de su territorio antes del 12 de junio. En caso de que el gobierno no cumpliera con el mandato del pueblo, el pueblo cerrará el basurero.
Faltan 7 días para el 12 de junio, y el pueblo de Alpuyeca ha decidido en pro del bien común, en defensa de sus ríos y sus tierras, por la vida y por el futuro. Alpuyeca hoy nos da un gran ejemplo de dignidad, regresándole su significado pleno a la palabra democracia: el pueblo decidiendo. Pueblo de Alpuyeca: Desde la Nueva Constituyente Ciudadana Popular hacemos nuestra la pelea contra el basurero y contra el malgobierno de Morelos, y estamos atentos para aprender de ustedes y para construir junto con ustedes el gobierno del pueblo y por el pueblo, para recuperar las raíces y la fuerza silenciosa pero implacable de nuestra historia, y para avanzar en el camino de la refundación nacional.
¡Zapata Vive! ¡La lucha sigue, sigue y sigue!
*Para esta editorial nos apoyamos en la exposición del compañero Francisco Pineda, durante el Taller Nacional de Estrategia y Acción Política de la Nueva Constituyente Ciudadana Popular. Agradecemos nuevamente la generosidad con la que nos compartió su trabajo, su investigación y sus reflexiones en torno al zapatismo de 1911. En este link pueden consultarse los materiales de dicha exposición: http://nuevaconstituyente.org/la-revolucion-campesina-de-mexico-y-el-carrancismo/