La Reforma Educativa fue la primera reforma estructural aprobada por el gobierno de Enrique Peña Nieto en el marco del neoliberal Pacto por México. Dicha reforma constituye una transformación integral de la sociedad: política, laboral, cultural y educativa. Es el esfuerzo más acabado por terminar con la educación pública, con los derechos laborales, con las bases culturales que fundamentan el pacto social y las formas educativas propias de los pueblos en México.
Después de venir aplicando reformas educativas por más de 30 años, el gobierno pretende ahora englobar su estrategia de desmantelamiento de la soberanía nacional en un modelo educativo. Este modelo serviría para encaminar a la educación al proyecto de nación que se está impulsando con la adopción del neoliberalismo. El gobierno de Peña Nieto argumenta que el modelo “Vasconcelos – Torres Bodet” es obsoleto y necesita transformarse. Sin embargo, desconoce u oculta que la educación en México no tenía un solo modelo sino varios proyectos educativos en constante disputa. La educación desde la reconstrucción del México post-revolucionario está marcada por la expropiación petrolera y el consiguiente desarrollo de la industria petrolera. Para impulsar esta empresa se requirió como tarea nacional la formación de ingenieros petroleros y por ello se invirtió en educación técnica nacionalista. Es así que, por ejemplo, se creó la carrera de Ingeniería Química Petrolera e Ingeniería Metalúrgica, las cuales fueron el motor de conocimiento para la industrialización del país. Otro modelo importante relacionado con el desarrollo del campo es el de las Normales rurales, escuelas campesinas que tenían como objetivo impulsar una educación basada en las necesidades de las comunidades rurales. Finalmente encontramos la diversidad de formas de educación propias de los pueblos de México, que pesar de la imposición de un modelo general, se mantuvieron y se mantienen vivas y resistiendo en el conjunto del territorio nacional. Aquí cabe señalar que en muchas comunidades populares la educación institucional (tanto escuelas de educación básica como las normales rurales) fueron adecuadas y transformadas por los pueblos en base a sus necesidades como una forma de resistir culturalmente y organizarse desde los centros educativos.
El impulso del neoliberalismo, la entrega de recursos estratégicos, el desmantelamiento de la industria y la devastación de la soberanía nacional trajeron como consecuencia el desmantelamiento de la educación de las y los mexicanos. Los desarrollos tecnológicos a nivel internacional han automatizado a tal punto los proceso de industrialización, que pueden funcionar con pocos empleados y conocimientos mínimos como: operaciones simples de matemáticas, manejo de las computadoras y tecnología y leer los manuales en inglés y español.
Hace unos días el Secretario de Educación, Aurelio Nuño presentó el Nuevo Modelo Educativo (NME) para la educación obligatoria, es decir educación básica y media superior. Tiene como base cinco ejes que son: planes de estudio, inclusión y equidad, gobernanza del sistema educativo y servicio profesional docente. El NME trae consigo diversas inconsistencias, contiene algunos elementos discursos de anhelos generales, pero, en la práctica, sólo forma parte del discurso vacío que busca legitimar la entrega del país.
El NME contempla que los planes de estudio sean autónomos, es decir, que los maestros y alumnos puedan adecuar el programa a las necesidades educativas concretas, lo cual parece ir en el mismo sentido de la autonomía de gestión impulsada por la reforma educativa. Esta autonomía de gestión significa la eliminación paulatina de la responsabilidad del Estado para garantizar una educación gratuita en todos los niveles, cediendo esta responsabilidad a los padres y madres de familia y a la iniciativa privada. La adecuación a las necesidades de las escuelas tampoco se refleja en la creación del modelo. En su elaboración no se consultó a los principales actores del proceso educativo nacional: maestros, alumnos, padres y madres de familia. Tampoco se consultó a investigadores especialistas de las universidades y centros de educación. Fue impuesta desde la soberbia de un gobierno subordinado a los intereses neoliberales, en este caso personificados por las cúpulas empresariales y organismos internacionales como la OCDE. Esta última organización ha impulsado en varios países el desarrollo de las llamadas “competencias básicas” en materia educativa, a saber: las tecnologías de la información, las lenguas extranjeras, la cultura tecnológica, el espíritu empresarial y las destrezas sociales. También impulsa la evaluación constante de docentes y alumnos bajo modelos estandarizados que homogenizan el conocimiento bajo estas competencias generales. Esto constituye una flagrante contradicción con el objetivo de la adecuación a la diversidad cultural y socioeconómica del país.
Una parte fundamental del NME consiste en la formación bilingüe, lo que significa la enseñanza del idioma inglés. También se hace énfasis en el impulso de la sociedad del conocimiento, traduciendo esta característica a uso de las tecnologías de la información y en el reforzamiento del papel pasivo del educando en el consumo de información. Todo está en Internet, pero no en la mente de las y los alumnos, mucho menos se desarrollan habilidades críticas para la selección de información.
En lo que respecta a la enseñanza del idioma inglés, no se trata de negarnos al conocimiento de otro idioma, sino a la imposición cultural que se pretende realizar con esta medida. En ese sentido, existe una contradicción con el eje de inclusión del NME, ya que mediante estos mecanismos se han reducido todos los programas de educación indígena y se ha efectuado un constante desmantelamiento de la formación de docentes dentro de las normales rurales. El NME se traduce en: dominar de las escuelas.
La inclusión parece letra muerta. En México, de acuerdo al censo educativo de 2014, existen 28. 4 millones niños/as y jóvenes que asisten a la escuela y 9 millones no lo hacen. Muchos de los que asisten lo hacen en muy precarias condiciones, teniendo por lo tanto una educación deficiente. Los recortes presupuestales en la educación y la falta de condiciones dignas de vida, hace que muchos alumnos dejen las escuelas. Cada año 650 mil jóvenes abandonan la educación media superior; mil 780 al día. Estos niños y niñas serán la mano de obra para las fábricas con salarios de menos de un dólar o serán parte del ejército del crimen organizado. Por ejemplo, 30 mil niños y niñas son víctimas de la narcoexplotación y la mayoría de ellos estaban fuera de la escuela, así lo destacó el director de la Red por los Derechos de la Infancia en México.
Pero no todo está perdido en materia de educación. Una parte sustancial de la reforma educativa fue detenida y anulada de facto y mediante acuerdo político tras la resistencia y férrea lucha del magisterio, de la ciudadanía y de las madres y padres de familia registrada el año pasado a lo largo y ancho del territorio nacional.
La lucha por la educación, se vuelve la lucha por el proyecto de nación, por refundar el país desde la raíz. En estos momentos donde el futuro está en juego, quienes formamos parte de la Nueva Constituyente Ciudadana Popular tenemos que buscar dar la pelea por la educación y la descolonización cultural de nuestro país. Para ello debemos convertirnos en educadores populares constantes, volcarnos en tareas de alfabetización, concientización y movilización; rescatar la memoria y las formas de educación propias de los sectores populares; convertir las escuelas en centros de organización populares; enseñar, aprender y organizarnos con la gente. Como NCCP hemos caminado desde los comités locales junto con la CNTE y el pueblo en la defensa en la educación pública. También hemos realizado encuentros de las resistencias con el tema de “La lucha por la educación y la descolonización”. El siguiente encuentro de este tipo tendrá lugar los días 13 y 14 de mayo en la comunidad de Alpuyeca, Morelos.
Tenemos que llevar al debate el tema de la educación, ¿Qué México soñamos? ¿Qué tipo de pacto social buscamos? Respondiéndonos esas sencillas preguntas podemos pensar qué tipo de mexicanos y mexicanas necesitamos. La educación será la manera de formarnos. Busquemos una educación que nos libere.