De los 43 meses de desaparición de los 43 a los 50 años de la masacre de Tlatelolco
Ciudad de México, 25 de abril de 2018
Hace 50 años la masacre de cientos de personas, y la desaparición de varias de ellas, frenó el fuerte movimiento estudiantil y popular que se levantó para impugnar al Estado mexicano. Aparentemente de la nada, unos meses antes, cientos de miles de estudiantes fundidos con el pueblo se alzaron. Desafiaron al todopoderoso gobierno e iniciaba un movimiento tan fuerte que semejaba al que detonó la revolución mexicana. El Ejército y las fuerzas paramilitares lo impidieron. El crimen de Tlatelolco quedó presente como la advertencia de qué pasaría a quienes se atrevieran a luchar en contra del gobierno.
Hace 43 meses, 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa fueron desaparecidos, otros dos estudiantes más fueron asesinados junto a tres personas más, en un dispositivo en que participó un grupo de narcotraficantes, el Ejército, la policial Federal, de Guerrero y la municipal de Iguala –y posiblemente dirigido desde Estados Unidos, según recientes revelaciones-. Los estudiantes habían tomado autobuses para trasladarse a la Ciudad de México y participar en la marcha en que se conmemoraría 46 años de la masacre de Tlatelolco. La indignación social tomó las calles para protestar contra el crimen. Pero, a pesar de que el partido en el poder –el mismo que gobernaba en el 68- no tenía un control tan fuerte como el de los 60, por la existencia de otros partidos y su famosa “alternancia política”, todos los partidos y espacios de poder cerraron filas en torno al Estado –aunque algunos aparentando protestar– para que la crisis provocada por la desaparición de los 43, no alterara las cosas, para que sólo dentro de lo establecido por el régimen se pudiera protestar, todo lo demás quedó proscrito.
De Tlatelolco a Ayotzinapa el crimen y los responsables son los mismos. Es un estado criminal, en que el genocidio y la desaparición forzada operan como regla. El gran agraviado también es el mismo: el pueblo mexicano. Se trata de una cadena de horrores en la que el 2 de octubre de 1968 y el 26 de septiembre de 2014 son tan sólo dos fechas que articulan una gran cantidad de delitos de un Estado que de forma planificada y sistemática busca destruir el sentido de nuestro pueblo y de su identidad, para extirpar nuestra voluntad e imponer su dominio, infundir el terror y reorganizar el conjunto de la vida en función de los intereses de unos pocos.
Los crímenes de lesa humanidad y el genocidio no son accidentales y menos obra tan solo de gente malvada, son la única forma en que un Estado criminal ha logrado sostener su injusto dominio de un pueblo tan fuerte, rebelde, organizado, solidario y valiente como el pueblo mexicano.
Hoy, en vísperas de que se cumplan 43 meses de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en medido de una contienda electoral que invisibilza los grandes problemas del país, y a unos días de que una nueva “verdad histórica” aparezca para justificar la desaparición de tres estudiantes en Jalisco, convocamos a todas las fuerzas sociales a una jornada de lucha, a “La Jornada de Tlatelolco a Ayotzinapa: Crímenes de Estado”, para demandar justicia, que se reanuden la investigaciones, se reabran los expedientes, se castiguen a los culpables de los crímenes y que desde el pueblo Mexicano construyamos la refundación de nuestro país.
Este 26 de abril inicia la jornada de movilización, denuncia y resistencia que a través de distintas actividades culminará el 2 de octubre del presente, cuando se cumplan 50 años de la masacre de Tlatelolco. Invitamos a toda la ciudadanía a sumarse a esta gran jornada que iniciará con la marcha del Ángel al Zócalo este jueves 26 de abril a las 16 horas.
Tlatelolco y Ayotzinapa no se olvidan
En Tlatelolco y Ayotzinapa fue el Estado
Vivos se los llevaron, vivos los queremos
Convocan
Madres y Padres de los 43 estudiantes desaparecidos, Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, Comité 68 Pro Libertades Democráticas, Nueva Constituyente Ciudadana Popular y todas las organizaciones y personas que se sumen