El pasado 24 de mayo, el pueblo brasileño ha dado una gran muestra de dignidad. En el marco de la movilización #OcupaBrasilia, cientos de miles de campesinos, sindicalistas, integrantes de movimientos populares, ciudadanas y ciudadanos de todos los rincones del país, se dieron cita en la capital de nuestro país hermano para frenar las embestidas del gobierno golpista de Michel Temer. Al grito de ¡Fora Temer!, tal como se escuchara desde el primer día en que tomara posesión, esta consigna se multiplicó con una fuerza renovada, debido a la demanda de revocación de mandato para Temer, y exigencia del inicio de un proceso de elecciones directas que desde las organizaciones convocantes se está impulsando.
Frente a la fuerza que cobran el llamado a elecciones directas y el rechazo a las reformas estructurales –particularmente en torno a la salud y el trabajo-, y en el contexto de la reciente denuncia de relaciones de corrupción entre Temer y la empresa JBS, el golpista no ha tenido más alternativa que recurrir a medidas represivas de magnitudes no vistas desde el final de la dictadura brasileña, a través de un decreto que permite la disolución de manifestaciones por medio de las fuerzas armadas, bajo pretexto de “preservar el orden público”. Cabe señalar que el mismo día, en el municipio de Redenção, en Pará, la represión del gobierno se cobró la vida de 10 campesinos, lo que suma un total de 36 campesinos asesinados por luchar por el derecho a la tierra, desde que inició el año 2017 . Son responsables de estas muertes Michel Temer, junto con las autoridades locales, así como las fuerzas armadas que ejecutaron los designios del gobierno golpista.
A pesar de todo, debe destacarse que el día 24 lo que prevaleció fue la fuerza y la voluntad del pueblo. La movilización en Brasilia y en muchas otras localidades ha sacudido profundamente a todo Brasil, y ahora es el pueblo en las calles, quien vuelve a darle contenido real y posibilidad de realizarse a la palabra democracia -el pueblo decidiendo-, bajo la exigencia de elecciones directas. Muestra de la contundencia de dicha movilización, es que después de la marcha, Temer tuvo que revocar el mandato en el que se le daba atribución a las fuerzas armadas para disolver manifestaciones.
Debido a lo anterior, desde México confiamos en que el pueblo brasileño seguirá avanzando en su proceso de organización y de lucha por la restauración de la democracia por medio de la implementación de elecciones directas, esfuerzo que saludamos y respaldamos. Así mismo, exigimos un alto a la política represiva que el gobierno golpista de Temer está imponiendo contra los movimientos sociales y contra todo el pueblo brasileño. Condenamos los asesinatos de Pará, así como la represión de Brasilia, y exigimos respeto a la libre determinación de los pueblos para organizarse y luchar por una Latinoamérica libre. Reiteramos que la única forma de hacer justicia y garantizar el ejercicio de la democracia, será a través de la instauración de gobiernos y poderes populares.
¡Por el avance de Gobiernos Populares en Brasil y en toda Nuestra América!
¡Fora Temer!
¡Diretas Ja!