Denuncia de la Constituyente Ciudadana-Popular de Chiapas 21 de jullio de 2016

AL PUEBLO DE MÉXICO

A LOS PUEBLOS DEL MUNDO

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

 

Ante los hechos criminales suscitados el día de ayer 20 de julio de 2016, en la súper carretera San Cristóbal-Tuxtla Gutiérrez, de la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

Denunciamos lo siguiente:

Manuel Velasco Coello, gobernador de Chiapas y Marco Antonio Cancino González, alcalde de San Cristóbal de las Casas, son los responsables del desalojo violento que sufrieron trabajadores de la educación y pobladores del municipio que mantenían un plantón y el bloqueo intermitente del acceso de la autopista San Cristóbal-Tuxtla. En el operativo de desalojo participaron policías estatales y municipales, además de bandas paramilitares adheridas al partido verde ecologista del cual forman parte los personajes aludidos.

La agresión orquesta por Manuel Velasco y Cancino González, revela el grado de ingobernabilidad existente en la entidad además de la descomposición política de la clase política chiapaneca heredera de la “casta divina”, de la casta que ha mal gobernado y saqueado a Chiapas, ambos personajes están emparentados con familias de viejos caciques y de empresarios ladrones. La legalidad les tiene sin cuidado, de garantes de la misma se han convertido en transgresores permanentes.

Ante su incapacidad permanente para gobernar en el marco de la legalidad y la justicia, de atender las demandas sociales; en medio de la frivolidad y la corrupción de la una clase política decadente con ínfulas aristocráticas, han recurrido al uso del paramilitarismo, a la formación de grupos de choque irregulares similares a las “guardias blancas” y a los grupos de asesinos que el gobierno federal formó a través del Ejército que entre otras vilezas protagonizaron la matanza de Acteal.

El desalojo violento del plantón comandado por Velasco y Cancino que ya dejo un herido de bala y lesiones graves a otra persona, es parte de las acciones represivas y de la guerra sicológica desatada por el Gobierno Federal en contra del movimiento magisterial y los procesos de insurgencia civil pacífica que hoy corren por toda la geografía chiapaneca y más allá, Oaxaca, Guerrero y Michoacán por mencionar otros estados. Es parte de una nueva guerra contrainsurgente o de baja intensidad dirigida a sofocar esos movimientos para mantener bajo control la protesta social que pone en riesgo la aplicación de las reformas estructurales, léase despojo del país, y el proceso electoral de 2018. La clase política, sus partidos y los empresarios trasnacionales representados por Peña Nieto y personajes como los aludidos, tienen temor de que emerja desde los movimientos sociales, civiles y comunitarios una nueva alternativa de gobierno que cuestione de forma profunda a su régimen político basado en el fraude, la ilegalidad, la impunidad y la corrupción.

Lo que persiguen estás acciones gubernamentales, además de desgastar y atemorizar a los maestros y maestras y de revertir los avances logrados en las movilizaciones y la mesa de negociación con el gobierno federal, es la generalización de la “guerra sucia” contra el pueblo, ahora de forma directa, con otros disfraces que vayan más allá de la mentira gubernamental de combate al narcotráfico y la delincuencia que el Gobierno Federal, los gobiernos estatales, los partidos y los grandes empresarios patrocinan y encubren.

En Chiapas ha llegado el momento de  organizar de manera concertada un movimiento para la construcción de un Gobierno en Rebeldía o de Resistencia o Desobediencia Civil, que desde consejos de gobierno municipales, barriales, comunales y de todo tipo, asuman el gobierno de la Entidad. No basta luchar por la desaparición de poderes, por la aplicación de la Ley de quienes fomentan la represión y promueven la formación de cuerpos militares y usan los recursos gubernamentales en provecho propio, necesitamos un gobierno propio, que haga realidad el proyecto de estado y de país que necesitamos las mujeres, las y los indígenas, las y los jóvenes, las y los trabajadores y las clases medias.

Para ello desde la Constituyente Ciudadana Popular llamamos a ponernos de acuerdo desde la base de nuestras comunidades y organizaciones, en el proceso que ha de dar lugar al nuevo gobierno, a las nuevas leyes, a la reapropiación de nuestros territorios y de los recursos contenidos en ellos, al uso correcto de los presupuestos públicos y a un gobierno que mande obedeciendo para beneficio y felicidad de las mayorías.

Necesitamos proseguir con la lucha en contra de la reforma educativa y por los derechos del pueblo, la sociedad civil, por el castigo a Manuel Velasco y a Cancino a la vez que preparamos un plan para tomar territorio desde los consejos de gobierno en rebeldía o resistencia civil, o como quiera llamárseles. Requerimos de un plan de lucha política para llamar a la población del estado y del país a la organización de levantamientos civiles pacíficos, de acuerdo a las condiciones de cada quien, para la generalización de los gobiernos en rebeldía que preparen las condiciones para  que emerja un nuevo gobierno local y nacional que ponga fin a las arbitrariedades y crímenes de quien usurpa la conducción de nuestro país.

CONSTITUYENTE CIUDADANA Y POPULAR DEL ESTADO DE CHIAPAS

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